Análisis de la información publicada en Diario de Burgos (22/07/2024):
A través del testimonio en primera persona del joven Abdel, esta pieza desmonta la idea de los menores que llegan al país sin la tutela de una persona adulta. Los mal llamados “menas”.
El acrónimo de Menores Extranjeros No Acompañados, se originó para referirse a las niñas y niños que llegaban solos a las costas españolas, sin embargo, se ha convertido en un término que se usa con connotaciones negativas hacia la infancia. En los últimos años, los medios de comunicación han hecho eco a determinados sectores de la sociedad -especialmente de discursos políticos- que han acuñado estas siglas para referirse a estos menores de manera peyorativa y con fines criminalizadores. Así, hablar de “menas” es una forma de cosificar y categorizar, ocultando el aspecto más humano de esta condición, una forma de esconder un hecho: son niñas, niños y adolescentes que no han contado con la protección de un adulto o familiar en su trayecto migratorio, y por ello son condenados a la invisibilidad y a la exclusión social.
En esta pieza, publicada por el Diario de Burgos, se trabaja adecuadamente con el objetivo de desmontar esta cosificación de la infancia migrante. Abdel, que ha sido uno de estos niños, es quien relata su experiencia como menor no acompañado en España y las oportunidades que se le han presentado para labrarse su camino como persona. Pero Abdel no es la única fuente de información. También se cuenta con el testimonio del Coordinador de Hogar Burgos, una casa de acogida para menores, aportando así la visión de una persona experta en temas de infancia.
Si bien la historia de Abdel es apenas un ejemplo de la gran variedad de casos que representa cada niña o niño extranjero -tal y como es la gran diversidad de jóvenes de cualquier lugar del mundo-, hay que tener presente que cada proyecto de vida es diferente, algunos casos son más complicados y menos positivos. Cabe recordar los motivos que llevan a estos niños y niñas a salir solos de sus países de origen: la pobreza, la falta de futuro y expectativas; situaciones de desestructuración familiar y desprotección institucional; catástrofes naturales; guerra, persecución, violencia y situaciones de violación generalizada de los derechos humanos. Evidencia de que no toda la infancia goza de las mismas oportunidades. Sería, por tanto, necesario que los medios recogiesen esta diversidad de circunstancias, dificultades y proyectos de vida.
Es responsabilidad de los medios, y del resto de la sociedad, velar por los derechos de protección y cuidados de este sector vulnerable de la población, como lo recuerda la Ley de Protección al Menor, que “tiene por objeto garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes a su integridad física, psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia”.
Red Acoge, Proyecto Inmigracionalismo. Análisis de piezas periodísticas recibidas en el buzón web. 12/11/2024.
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