19/04/2020. La Razón

Desde el inicio de la noticia encontramos ejemplos de malas prácticas. Si empezamos por el titular,  observamos cómo el uso de la palabra “ilegal” ya posiciona la información hacia un discurso de odio que criminaliza una situación no elegida por nadie, un planteamiento poco constructivo.

Una de las labores del periodista debe ser deshacer falsas informaciones, despertar la conciencia en relación a los mitos o a los falsos discursos adquiridos por la sociedad. El papel de los medios aquí debe ser ilustrativo, instructivo e informativo,  entendido esto como objetividad, honestidad y capacidad de construcción hacia una sociedad más crítica y mejor informada. Pero esta práctica, la del uso de la palabra “ilegal”,  no lo consigue, si no que sedimenta ideas erróneas que están además arraigadas a conceptos negativos. Estar en una situación administrativa irregular no es un delito,  que es lo que denota la palabra “ilegal”.

Por otro lado, en ese primer párrafo, la distinción entre el “ellos” y “nosotros”; “nuestras calles e industrias” “nuestras aguas”, genera intencionadamente una distinción entre el conjunto global de seres humanos. Esta práctica dificulta el sentido de la empatía, criminaliza al conjunto de gente que necesita salir de su país de origen y fomenta el discurso de odio. Esta práctica carece de un trabajo empático y que sólo camina hacia un construccionismo social negativo.

Además, la falta de contextualización, entendida como descripción de las características sociopolíticas de los países de origen de las personas que llegan a este territorio, dificulta todavía más el ejercicio de la empatía para el lector. Omitir dicha información es una mala práctica que indirectamente continúa creando camino hacia el odio y la discriminación.

https://www.larazon.es/espana/20200419/yug5fbce5jai5pc7oripwm6wk4.html