09/09/2021. El Confidencial

En los últimos años, y con independencia del signo político del partido en el Gobierno de Dinamarca, se han puesto en marcha diferentes iniciativas legislativas para regular la residencia y la participación social de personas no nacidas en el país nórdico. La última de estas iniciativas, impulsada por el gobierno socialdemócrata y con amplio apoyo de casi la totalidad de partidos del Parlamento danés, pretende supeditar la percepción de ayudas sociales a la inserción de la población foránea en el mercado laboral. 

La pieza informativa que desarrolla esta última propuesta sobre inmigración en Dinamarca se centra en las justificaciones que han llevado al partido en el Gobierno a desarrollar estas medidas. Se aporta un sucinto marco legislativo, citándose alguna otra medida sobre inmigración que ha sido aprobada ya en Dinamarca. Se trata de una información basada casi exclusivamente en el aporte de una fuente: la oficial, el Gobierno. Solo existe una leve referencia a los argumentos de quienes se oponen a la aprobación de esta propuesta de ley: partidos de izquierda y organizaciones sociales. En ese “otro lado”, silenciado en la confección de esta pieza informativa, se encuentran las personas migrantes, protagonistas y principales afectadas por las decisiones que se dirimen en el Parlamento. Dichas personas en ningún momento aparecen con voz, y son aludidas exclusivamente con fórmulas genéricas que suponen un distanciamiento hacia su dimensión humana: “inmigrantes”, “refugiados” o citando sus nacionalidades. La imagen elegida, en la que se muestra un grupo numeroso de personas en el andén de una estación de tren, citándose en el pie de fotografía que son “refugiados”, incide en una perspectiva informativa que cosifica y silencia a las personas migrantes y nos presenta una visión parcial e incompleta de la realidad. 

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