La contribución de las personas migrantes al desarrollo económico y cultural de España y Europa es indiscutible, y sus historias de emprendimiento son fundamentales. El emprendimiento migrante no solo destaca por el coraje y la determinación que implica, sino también por cómo enfrentar los desafíos únicos de estas personas, especialmente las mujeres, al integrarse en nuevas realidades socioculturales y económicas. Y es que se enfrentan tanto a barreras culturales y de género como a los desafíos prácticos para acceder a recursos y redes de apoyo. 

 

Es el caso de Patricia García Loyaga o Louise Basse, dos mujeres migrantes emprendedoras que han hecho de España su hogar.

Patricia dejó Ecuador rumbo a España a los 16 años, junto con su familia, en busca de un futuro mejor. Su madre inició el recorrido migratorio y al año siguiente trajo consigo a cada uno de sus hijos. Lo hizo como lo hicieron muchas familias, empujadas por la difícil situación económica y política. La migración multigeneracional, especialmente de mujeres, fue una respuesta a la recesión causada por el feriado bancario, la dolarización y la violencia generalizada en Ecuador.

Después de cuatro años en España, Patricia encontró el amor y formó una familia. Sin embargo, tras 15 años de matrimonio, se vio obligada a enfrentar una dolorosa separación. “El divorcio fue un punto de inflexión que me llevó a tomar las riendas de mi casa y de mi vida”, nos cuenta Patricia.

Convirtiendo sus debilidades en oportunidades, aprovechó su situación de desempleo para retomar sus estudios de peluquería, una pasión que había dejado pendiente en Ecuador. Decidió ampliar sus conocimientos y accedió a una formación reglada subvencionada por el SEF (Servicio de Empleo y Formación) con el objetivo de mejorar sus oportunidades laborales.

“Para conseguir mi objetivo, simplemente por el hecho de ser migrante, he tenido que demostrar mucho, esforzarme mucho más» revela Patricia.

Una de sus estrategias clave fue cambiar su trabajo en un almacén, que requería largas horas, para posteriormente dedicarse a trabajos de limpieza, lo que le permitía trabajar menos horas y ganar lo mismo, liberando así más tiempo para pasar con sus hijos y para estudiar peluquería. Hoy regenta un establecimiento de belleza, cosmética y cuidado personal en la ciudad de Murcia, que lleva su nombre, Patricia García. Pero llegar hasta aquí no fue fácil.

“Para buscar apoyo financiero, sin una nómina, siempre encontré las puertas cerradas. Empecé de ‘la nada’ con un secador y un cepillo que me dio el SEF”, recuerda.

Su historia ilustra la resiliencia y tenacidad de las mujeres migrantes en España, en la que ha superado numerosos obstáculos tanto personales como profesionales para establecer su negocio, aprovechando programas de formación públicos. En su búsqueda por un equilibrio entre su vida laboral y familiar, Patricia implementó estrategias de conciliación que le permitieron estar más presente en la vida de sus hijos mientras desarrollaba su negocio. Este aspecto es crucial, ya que refleja los desafíos adicionales que enfrentan las mujeres migrantes, quienes a menudo asumen la mayor carga de trabajo doméstico no remunerado.

Investigaciones como la realizada por RED ACOGE subrayan esta dinámica, revelando que las responsabilidades familiares a menudo limitan las oportunidades económicas de las mujeres migrantes.

 

 

Emprender desde las raíces 

A los 26 años, Louise Basse, una joven murciana y senegalesa que reside en España, se aventuró a poner en pie su propia empresa. “Enfrentarme a los retos de emprender en España siendo una mujer joven y racializada ha sido una experiencia llena de desafíos. Aunque no quiero atribuir todos estos obstáculos a mi origen o mi color de piel, es inevitable considerar que algunos de los rechazos que he enfrentado podrían estar influenciados por prejuicios,» expresa.

Sin embargo, no se ha rendido hasta hacer realidad  MOM KOUMBA®, un proyecto gastro-social que creó en 2020, con el objetivo de promover la cocina africana en todo el mundo mediante la elaboración y comercialización de alimentos y bebidas africanas con recetas tradicionales de diferentes países africanos. Es así como Louise canaliza su necesidad de conectar con sus raíces senegalesas y llenar el vacío cultural que experimentó en España a donde migró con su familia desde Senegal cuando ella tenía solo cinco años.

“Este proyecto nació con la idea de mostrar la cultura que a mí me encanta, la de mi madre, mediante un producto con el que se pudiera mostrar la cultura Africana al mundo”. Un emprendimiento que se centra en la gastronomía, ofreciendo productos que reflejan la tradición culinaria de Senegal, al tiempo que aprovecha los recursos agrícolas de Murcia, conocida como ‘la huerta de Europa’.

“Yo siempre he buscado Senegal en España y la manera de encontrarla es mediante la comida, mostrarla a la gente que quiero, con quién comparto, a quien conozco, hablo o interactúo”, explica la joven.

El negocio de Louise no solo sirve como un puente entre su herencia africana y su vida en España, sino que también actúa como una plataforma para educar y familiarizar a quienes viven en España con la cultura africana. Además, colabora con diversas asociaciones en España y África para apoyar a más personas migrantes y promover la inclusión cultural.

Le gustaría expandir su negocio internacionalmente, con el objetivo de cambiar la percepción negativa que a menudo rodea a África, mostrando su rica cultura, naturaleza y hospitalidad. Aspira a que su emprendimiento sea un testimonio de la contribución positiva de las personas migrantes a la sociedad global.

“Emprender es difícil, sin importar quién seas, y los retos son parte del viaje. He encontrado que mantener una mentalidad positiva y estar determinada ha sido clave para superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades que he logrado encontrar», confiesa Louise.

Patricia y Louise desgranan las adversidades que han experimentado en sus caminos vitales y de emprendimiento, pero también demuestran cómo, con apoyo y determinación, los desafíos pueden transformarse en escalones hacia el éxito. Estas mujeres no solo buscan mejorar económicamente sus vidas, sino que también aspiran a un cambio social positivo en el que exista un equilibrio entre la vida laboral y la personal, mientras se contribuye significativamente a la comunidad de acogida.

 

Red Acoge, Proyecto Inmigracionalismo. 30/04/2024.