11/02/2021. El Español. En este reportaje se hace un repaso a un incidente ocurrido en uno de los complejos hoteleros de Mogán, al sur de la isla de Gran Canaria, que ha acogido a menores migrantes llegados en pateras al archipiélago. Según se indica en la pieza, muy extensa y basada únicamente en los testimonios de dos agentes de policía que participaron en el dispositivo que se llevó a cabo ese día, los menores migrantes allí alojados provocaron destrozos en el mobiliario del hotel y agredieron y amenazaron tanto a los agentes como a los educadores de la ONG que está a cargo de la atención de los menores.  Tanto en el titular como a lo largo de toda la pieza se utiliza un lenguaje extremadamente sensacionalista, alarmista y criminalizador, empleando términos y expresiones bélicas como “batalla campal”, “motín de prisión”, “muebles destrozados, microondas volando, educadores atrincherados”, “peleas y agresiones”, “cristales rotos mezclados con manchas de sangre de los propios migrantes”, “el desastre”, “la que se había montado era de película”, “esta ‘noche de los cristales rotos’”. Se incluyen diversas imágenes de los altercados ocurridos, que sirven de hilo narrativo, y en las que se aprecian los supuestos destrozos ocasionados.

Además, se insiste continuamente en la duda de que estas personas alojadas sean menores, puesto que, según el testimonio de los agentes, muchos de ellos son adultos que se hacen pasar por menores y es difícil discernir si lo son en realidad.

Durante todo el reportaje se hace alusión, además, al supuesto clima de alarma que se vive en esa zona de la isla, ya que, según apunta el periodista “es un pequeño polvorín donde hay conflictos cada día”, “no ha sido un caso aislado sino una escalada de violencia que no tiene pinta de enfriarse”, “un episodio que puede volver a repetirse”, “la situación lejos de calmarse apunta a nuevas revueltas”, “los incendios de esta crisis migratoria se suceden por toda la isla”, “la situación ha pasado de tensa a batalla campal”, “la sensación es que cada noche puede repetirse una ‘noche de los cristales rotos’”. Sentencias subjetivas que provocan prejuicios y estereotipos en la ciudadanía receptora de estos mensajes, y que contribuyen a generar rechazo y xenofobia hacia las personas que están llegando en los últimos tiempos al archipiélago canario, fomentando un clima de indefensión y temor.

Los medios de comunicación tienen una obligada responsabilidad social, al influir en gran medida en la recepción y percepción de esta realidad, creando determinadas ideas en el imaginario colectivo y deben, por tanto, ser agentes que favorezcan la cohesión social, evitando ser altavoces del discurso de odio

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